La moda y el estilo son dos cosas distintas. Las prendas que se ponen de moda son la respuesta de los diseñadores a la demanda de los consumidores, el estilo es el conjunto que forma la manera de vestir de cada persona, incluyendo su ropa interior.
Por ese motivo, aunque se impongan modas en la forma de vestir, no todas las mujeres ni hombres elegirán ese estilo en su ropa íntima. En su decisión también influye su cultura y, en ocasiones, es posible que se encuentren con barreras para encontrar la ropa íntima que realmente desean debido a la imposición de las marcas para crear un tipo de ropa interior no tan asequible sin tener en cuenta que no todas las personas que desean llevarla se lo pueden permitir.
La cultura de cada persona responde a sus creencias, educación, forma de vida, a sus relaciones sociales e incluso a su estado civil. Muy probablemente una persona casada no elegirá, para ponerse a diario, el mismo estilo de ropa íntima que una persona soltera. Ello se debe a que las preferencias cambian y el ritmo de vida también. Aunque la comodidad y la pasión deberían no haber cambiado mientras se tiene pareja la realidad es que el día a día en ocasiones se vuelve predecible.
Dentro de las distintas culturas están las subculturas, los movimientos de expresión a través de la ropa que se crean a determinadas edades. En ocasiones no cambian nunca para algunas
personas, en otras son gustos pasajeros que empiezan en la adolescencia y terminan en la madurez. Aunque se le da mucha importancia a la ropa exterior, por ser la que es visible, también en ellos influye la elección de su ropa íntima. Es una prolongación de su forma de pensar y sentir.
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