La ropa interior, tanto para hombres como para mujeres, ha de ser cómoda. Tanto la ropa interior como la exterior ha de lograr que quien la lleva se sienta bien en todo momento.
Si bien es cierto que en ocasiones nos vestimos con prendas que, aunque hagan que nuestra apariencia luzca mejor, pueden llegar a ser incómodas también con la lencería puede suceder. No se debe olvidar que la ropa interior son las prendas que están en contacto más directo con nuestro cuerpo, además de ser prendas saludables no deben provocar rozaduras ni otras molestias.
¿Qué entendemos por lencería cómoda?
La lencería cómoda es aquella que nos hace sentir bien, la que se adapta a nuestro cuerpo sin importar su diseño, la que nos protege y cumple la función que esperamos de ella. Si bien en algunos momentos de la intimidad se eligen un tipo de prendas es importante saber que esas prendas no siempre están diseñadas para llevarlas durante todo el día. Pueden resultar sensuales pero incómodas en según qué momentos y, en el caso de los sujetadores, no siempre cumplen su función como es debido.
Existe un tipo de ropa interior para cada momento, para cada prenda de vestir y para cada persona. El carácter, la personalidad, la forma de vestir, el momento y la situación marcarán qué tipo de lencería es la adecuada y la cómoda.
Ropa interior sin costuras
La ropa interior sin costuras evita que queden marcas en la piel, la ropa íntima que no es de la talla adecuada, pasadas unas horas, resulta incómoda y además, desde el principio, puede hacer que la silueta que se muestra en la ropa exterior no sea la preferida. La ropa interior demasiado ajustada hace que otras zonas del cuerpo cercanas a las prendas sobresalgan creando un aspecto deformado en esa parte del cuerpo.
Es mejor la elección de unas bragas, un sujetador o unos calzoncillos de la talla adecuada, las tallas inferiores darán como resultado que el cuerpo parezca más grueso.
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