Bajan las temperaturas y aumenta la ropa que nos ponemos. Aún así la seducción se practica durante todo el año y es necesaria, tanto si se tiene pareja como si se desea atraer a otra persona.
El juego de la seducción mantiene vivas muchas relaciones, no importa el tiempo que haga que dos personas están juntas. Los cuerpos cambian y las circunstancias también, la atracción debe demostrarse en algunos momentos para hacerle saber a la otra parte de la pareja que los sentimientos no cambian, tanto las mujeres como los hombres.
El principal elemento para la seducción es la seguridad en sí mismo. Una mujer o un hombre seguros de sí mismos atrae a los demás, inspira confianza y tranquilidad. No se debe confundir la seguridad con la arrogancia, una persona arrogante aleja a la gente.
Al vestir se pueden utilizar prendas sugerentes y estrechas, tanto ellas como ellos, o pueden ser prendas anchas que disimulen algunas partes del cuerpo. Lo importante es que sea la adecuada para cada ocasión y que no sea un estilo forzado que hace sentir incómoda a la persona que lo lleva. Tarde o temprano esa incomodidad se notará y afectará al estado de ánimo de ambos. La elegancia proviene del interior de las personas, se puede ser elegante sin gastar grandes cantidades de dinero en ropa o no serlo aún con las prendas más caras. Una de las definiciones de la RAE para elegancia es: Dotado de gracia, nobleza y sencillez.
A muchas personas la ropa interior les seduce más que la desnudez, de vez en cuando se pueden elegir prendas que les guste a la otra persona. No se trata de anular los gustos de cada cual sino de tomárselo como un regalo de unos momentos para ambos. Por supuesto siempre han de primar las propias decisiones, una prenda de ropa interior que hace sentir incómoda de cualquier manera a quien la lleva no debe ser utilizada.
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